EL MUSEO PRIVADO “JOSÉ CASSINELLI MAZZEI” Y SUS TESOROS OCULTOS
Ubicado en la avenida Nicolás de Piérola 607 (frente al óvalo de Víctor Raúl Haya de la Torre). Este museo lleva el nombre del coleccionista; que ha dedicado más de 60 años de su vida a coleccionar “ARTE DEL PERÚ ANTIGUO”, para obsequiarle a la humanidad y poder mostrar así al mundo toda la grandeza del Perú milenario. Él es lo que podría llamarse un COLECCIONISTA APASIONADO; porque ha logrado toda una gama de objetos de piedra, madera, hueso, textiles, metales y aproximadamente 6000 cerámicas pertenecientes a una veintena de las principales culturas precolombinas; entre los que resaltan la Mochica, Nazca y la Recuay; por su extraordinaria belleza artística. Este museo es importante para estudiar porque tiene muchos datos de interés arqueológico; tanto es así que el investigador CHRISTOPHER DONNAN, lo ha calificado como “LA MÁS COMPLETA COLECCIÓN DEL MUNDO PARA INVESTIGAR EL PASADO”.
ORIGEN DEL MUSEO
La idea de coleccionar piezas arqueológicas, nació obviamente con el sentimiento de amor por el Perú que le inculcó su padre.
Hace más de 60 años, con la adquisición de una pieza de cerámica, nace prácticamente el museo; considerado como uno de los más importantes del Perú. Fue el mensaje profundo y humano que advirtió el SEÑOR CASSINELLI, en la mencionada pieza; el que lo motivó para adquirirla, pues además de lo que se podía ver, comprendió que las dos aves representadas, unidas por sus picos y confundidos sus cuerpos en un solo formando un recipiente; significa la unión armoniosa de la pareja, la natural convivencia, la fecundación, la perenización de la especie y el amor como ley universal de la vida. Este es el punto de partida del Museo que ahora ostenta con materiales arqueológicos diversos como en metales, huesos, textiles, piedra y sobre todo en cerámica; cuya materia prima es la arcilla, donde el artista antiguo expresó toda su inspiración estética para reflejar lo que pensaba y lo que veía.
Paciente y esforzada ha sido la formación del museo, que actualmente es una de las colecciones más completas tanto por la cantidad como por la calidad de las piezas, cuya manufactura artística y variedad temática han sido requisitos indispensables para su adquisición.
En este gran museo están presentes las más importantes culturas de la antigüedad, el mismo que espera la visita de quienes desean conocer el MUNDO CHAVIN, con sus dioses de aspecto felinito y su arte abstracto; la CULTURA SALINAR, con sus múltiples expresiones transitivas de liberación artística; LA CULTURA MOCHICA, con su realismo simplificado pero muy bien detallado; LA CULTURA VIRÚ y su inconfundible arte negativo; LA CULTURA RECUAY, por su excelente belleza artística; LA CULTURA NAZCA, por su extraordinaria policromía; LA CULTURA VICÚS, con sus típicas “asas canastas”; LA CULTURA HUARI, por su excelente arte de sintetizar motivos NAZCAS, HUARPAS Y TIAWANAKU; LA CULTURA CAJAMARCA, por sus inconfundibles platos trípodes; entre el asa y el gollete; LA CHANCAY con su clásica pintura negro sobre blanco y la inca con notoria influencia CHIMÚ.
“Me apasionan las cerámica porque fueron hechas por personas de una cultura desarrollada, por gente culta que expresaba su sensibilidad a través de mensajes hechos con arte. Los mochicas, por ejemplo; podían manifestar en su cerámica la tristeza, la alegría, el dolor, el miedo y todos los sentimientos más sublimes del ser humano”, sostiene.
Algo muy importante que hay que recalcar; DON JOSE CASSINELLI MAZZEI, es un COLECCIONISTA Y NO UN TRAFICANTE, porque éstos aparte que incentivan el “huaqueo”, solo sirven de intermediarios para vender las piezas arqueológicas fuera del país y llenarse de dinero. “Yo conozco a muchas personas que se han hecho ricas con el arte peruano” sostiene “DON PEPE”, refiriéndose a los traficantes. JOSÉ CASSINELLI no es un traficante, porque el compraba piezas para que peruanos y extranjeros conozcan la historia del Perú. “Si a Ud. le ofrecen una pieza de éstas, tiene la obligación moral de comprarlas, de guardarlas y cuidarlas si es peruano de verdad. El delito está en el traficante. Si Ud. compra piezas para guardar el patrimonio nacional, como lo hago yo, que nunca regalé ni vendí una pieza y lo declara al estado en custodia, no es ningún delito”, enfatizó.
La idea de coleccionar piezas arqueológicas, nació obviamente con el sentimiento de amor por el Perú que le inculcó su padre.
Hace más de 60 años, con la adquisición de una pieza de cerámica, nace prácticamente el museo; considerado como uno de los más importantes del Perú. Fue el mensaje profundo y humano que advirtió el SEÑOR CASSINELLI, en la mencionada pieza; el que lo motivó para adquirirla, pues además de lo que se podía ver, comprendió que las dos aves representadas, unidas por sus picos y confundidos sus cuerpos en un solo formando un recipiente; significa la unión armoniosa de la pareja, la natural convivencia, la fecundación, la perenización de la especie y el amor como ley universal de la vida. Este es el punto de partida del Museo que ahora ostenta con materiales arqueológicos diversos como en metales, huesos, textiles, piedra y sobre todo en cerámica; cuya materia prima es la arcilla, donde el artista antiguo expresó toda su inspiración estética para reflejar lo que pensaba y lo que veía.
Paciente y esforzada ha sido la formación del museo, que actualmente es una de las colecciones más completas tanto por la cantidad como por la calidad de las piezas, cuya manufactura artística y variedad temática han sido requisitos indispensables para su adquisición.
En este gran museo están presentes las más importantes culturas de la antigüedad, el mismo que espera la visita de quienes desean conocer el MUNDO CHAVIN, con sus dioses de aspecto felinito y su arte abstracto; la CULTURA SALINAR, con sus múltiples expresiones transitivas de liberación artística; LA CULTURA MOCHICA, con su realismo simplificado pero muy bien detallado; LA CULTURA VIRÚ y su inconfundible arte negativo; LA CULTURA RECUAY, por su excelente belleza artística; LA CULTURA NAZCA, por su extraordinaria policromía; LA CULTURA VICÚS, con sus típicas “asas canastas”; LA CULTURA HUARI, por su excelente arte de sintetizar motivos NAZCAS, HUARPAS Y TIAWANAKU; LA CULTURA CAJAMARCA, por sus inconfundibles platos trípodes; entre el asa y el gollete; LA CHANCAY con su clásica pintura negro sobre blanco y la inca con notoria influencia CHIMÚ.
“Me apasionan las cerámica porque fueron hechas por personas de una cultura desarrollada, por gente culta que expresaba su sensibilidad a través de mensajes hechos con arte. Los mochicas, por ejemplo; podían manifestar en su cerámica la tristeza, la alegría, el dolor, el miedo y todos los sentimientos más sublimes del ser humano”, sostiene.
Algo muy importante que hay que recalcar; DON JOSE CASSINELLI MAZZEI, es un COLECCIONISTA Y NO UN TRAFICANTE, porque éstos aparte que incentivan el “huaqueo”, solo sirven de intermediarios para vender las piezas arqueológicas fuera del país y llenarse de dinero. “Yo conozco a muchas personas que se han hecho ricas con el arte peruano” sostiene “DON PEPE”, refiriéndose a los traficantes. JOSÉ CASSINELLI no es un traficante, porque el compraba piezas para que peruanos y extranjeros conozcan la historia del Perú. “Si a Ud. le ofrecen una pieza de éstas, tiene la obligación moral de comprarlas, de guardarlas y cuidarlas si es peruano de verdad. El delito está en el traficante. Si Ud. compra piezas para guardar el patrimonio nacional, como lo hago yo, que nunca regalé ni vendí una pieza y lo declara al estado en custodia, no es ningún delito”, enfatizó.
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